El Flatiron es un edificio emblemático de Nueva York. Es uno de los más famosos, icónico. Apenas tiene 21 pisos, pero es conocido por su rara forma triangular, y, sobre todo, porque marcó un hito, fue uno de los primeros edificios altos de Nueva York.
El Flatiron fue construido entre 1901 y 1903, en la intersección de la Quinta Avenida y Broadway. Muy cerca del Madison Square Garden, al final de la Milla de las Damas de Nueva York, una de las zonas comerciales más importantes del Manhattan de principios
del siglo XIX.
El Flatiron fue diseñado por Daniel Burnham de Chicago. Su estructura de acero fue revestida de terracota blanca y su altura alcanzó unos sorprendentes 33 metros, mucho para la época. Los 21 pisos que te comentaba. Pero, ni siquiera en el momento de su construcción llegó a ser el rascacielos más alto del mundo, ni siquiera el más elevado de Nueva York. Ese mérito le correspondió al Edificio Park Row, levantado en 1899.
Sin embargo, su forma singular, su ubicación, lo convirtieron en una construcción icónica de la ciudad. En los primeros años de su existencia, el Flatiron aparecía con toda seguridad en más postales de Nueva York que cualquier otro edificio. Incluso toda la zona que rodea al conjunto acabó por llamarse así, distrito Flatiron.
También en los primeros años, la parte superior del rascacielos se convirtió en un mirador para turistas y vecinos. Con el crecimiento en altura del área en el que se levanta, ese privilegio pasó a mejor vida.
Cosa de la Fuller
El Flatiron se levantó como sede de la empresa Fuller Construction y el rascacielos iba a llamarse, con todo derecho, Fuller Building, Edificio Fuller. Pero los vecinos acabaron llamándolo ‘flatiron’, ‘plancha’, por la forma inusualmente triangular del conjunto. A pesar de que la estructura exterior tiene forma de triángulo rectángulo, la metálica que forma su esqueleto describe un triángulo isósceles. ¿Curioso, no?.
En 1929, la Compañía Fuller construyó otro edificio más alto entre la Calle 57 y Madison Avenue, se mudó allí y esa nueva delegación pasó a llamarse Edificio Fuller, dejando libre el del Flatiron para la historia.
No obstante, el Flatiron recibió otro apodo, el de ‘Burnham’s Folly’ (‘La Locura de Burnham’). Y es que mucha gente creía que la altura excepcional del edificio no sería capaz de soportar vientos fuertes. Incluso hubo quién especuló hasta dónde llegarían los escombros cuando la construcción se derrumbara.
Pero hay algo de cierto en esta historia. Un efecto físico denominado downdraught hace que el viento que circula en la zona y que toca el edificio incremente su velocidad al pie de la estructura. En el momento de su construcción, se decía que era el peor lugar de Nueva York para que las mujeres circularan con faldas porque invariablemente se las levantaba.
Si quieres ver el Flatiron, pasa unas vacaciones en Nueva York. Como recomendación, aquí te dejamos una selección de hoteles en Nueva York. Descubre la Gran Manzana.
Edificio Flatiron.
