Casa Batlló: y Gaudí le saca los colores a Barcelona

La colorida Casa Batlló de Barcelona es un conjunto arquitectónico obra de Gaudí que fue el resultado de una remodelación de un edificio anterior y que ofrece, tanto en su interior como en su fachada, una auténtica colección de finuras artísticas, lo más parecido a la descripción de una casa de cuento de hadas.

Entre 1898 y 1906, tres inmuebles muy próximos de una misma manzana del animado boulevard Passeig de Gràcia fueron recreados por algunos de los arquitectos modernistas más importantes de aquel tiempo: la Casa Amatller (diseñada por Puig i Cadafalch), la Casa Lléo Morera (diseñada por Domènech i Montaner) y la Casa Batlló de Gaudí.

Las tres casas fueron diseñadas según una interpretación alternativa del estilo modernista en lo que parece que fue una competencia entre estos arquitectos. Esto condujo al término local ‘Mançana de la Discordia’, que significa, éso, manzana de la discordia, refiriéndose a un pasaje de la mitología griega en el que una manzana, dada por la diosa Eris ‘al más justo’ supone a una disputa entre tres diosas, que eventualmente conduce a una lucha. Por convención, la expresión ‘manzana de la discordia’ también significa ‘bloqueo’, por lo que la expresión ‘Mançana de la Discordia’ se puede traducir por el ‘Bloque de discordia’.

Edificio

De las tres casas, la Casa Batlló es la más impresionante. La casa fue construida originalmente entre 1875 y 1877. En 1900, fue adquirida por un rico industrial, Josep Battló i Casanovas, que encargó a Gaudí que derribara el viejo inmueble para levantar uno nuevo. Gaudí, sin embargo, convenció a Battló para que remodelara el edificio existente. Entre 1904 y 1906, Gaudí rediseñó la fachada y el techo, añadió un piso nuevo y remodeló por completo el interior.

La fachada de la Casa Batlló está hecha de piedra arenisca cubierta con coloridos trencadís (un tipo de mosaico catalán), típico de Gaudí. Con su solución edificativa, se evitan las líneas rectas siempre que sea posible. El primer piso presenta ventanas ovaladas colocadas irregularmente. Los balcones en los pisos inferiores tienen pilares parecidos a huesos, los de los pisos superiores parecen cráneos. Estas características dieron a la casa el apodo de la ‘Casa de Huesos’. Las ventanas ampliadas del primer piso, a su vez, le dieron otro apodo de la ‘Casa de bostezos’.

El colorido techo a escala recuerda una piel de reptil. Según algunas autoridades en la arquitectura de Gaudí, el techo representa un dragón; la pequeña torrecilla con una cruz simbolizaría la espada de San Jorge clavada en el dragón. Los huesos y cráneos en la fachada representan a todas las víctimas del dragón.

El interior de la casa es tan fascinante como su exterior. De nuevo, Gaudí evita las líneas rectas a toda costa. Al igual que en su siguiente (y último) edificio privado encargado, la Casa Milà, prestó gran atención al detalle al diseñar las puertas de madera, las vidrieras, los azulejos de colores y una chimenea tallada.

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Casa Batlló

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